jueves, 2 de octubre de 2014

EL SÍNDROME DE CHARLES BONNET

En alguna de mis vacaciones, empecé a leerme un libro llamado “Alucinaciones” de Oliver Sacks; su primer capítulo hablaba de las multitudes silenciosas: el síndrome de charles Bonnet. Una vez lo leí, me pareció algo casi imposible, ya se darán cuenta por qué.
 Antes de empezarles a hablar sobre este síndrome, creo que es importante aclarar el concepto de “alucinación”. De acuerdo a un libro llamado Principios de psicología 1890: “una alucinación es una forma estrictamente de consciencia sensitiva, tan buena y cierta como si fuera un objeto real que tuviéramos delante”. Palabras más palabras menos, una alucinación es una percepción sin que haya un objeto externo, a diferencia de la “ilusión” en la que existe un objeto pero este es interpretado de manera falsa.
 A su vez, muchas culturas consideran que las alucinaciones, al igual que los sueños, son estados de consciencia especial y privilegiado, que se persigue a través de las prácticas espirituales, meditación y soledad.

Y así como dato curioso, por si no sabían: cuando una persona imagina algo, los ojos tienden a quedar inmóviles, mientras que una alucinación, los ojos se mueven mucho!

 Bueno, ahora sí, empecemos a hablar del tema… El síndrome de Charles Bonnet son alucinaciones que aparecen en personas ciegas, con la vista dañada, o cuando son privadas de algún otro sentido, ejemplo, personas con sordera. Se trata de una reacción del cerebro a la pérdida de ese sentido. Y OJO porque la persona NO se encuentra ni psicótica ni delirante.

 Charles Bonnet fue un filósofo y naturalista. Su abuelo inició con este tipo de alucinaciones y por eso empezó a estudiarlo. Se enfocó mucho más en la parte de las pérdidas visuales así que hablaremos un poco más de eso. Lo que plantea es que “el cerebro se niega a aceptar que hay pérdidas visuales y los rellena con alguna cosa”. Estas alucinaciones pueden ser de muchos tipos con colores intensos, son repetitivas y hay tendencia a la multiplicación, como si fueran multitudes. Y además de esto, las personas conservan la introspección y saben que esas alucinaciones no son reales.

 Para terminar, aquí les dejo una anécdota que Sacks narra en su libro: Rosalie, una paciente de 90 años que vivía en un hogar geriátrico. Un día lo llamaron de urgencia porque ella había empezado a ver cosas que parecían reales. Era una persona totalmente ciega desde hacía muchos años. Él le pregunta acerca del tipo de cosas que ve y ella responde “¡Gente que lleva vestidos orientales! Con telas drapeadas; suben y bajas las escaleras… un hombre que se vuelve hacia mí y sonríe, pero en un lado de la boca tiene los dientes enormes. También veo animales: un caballo de labor que quita la nieve de un edificio. Ahora veo muchos niños que suben y bajan las escaleras, llevan colores vivos…como un vestido oriental”.

Entonces, para que se vayan dando cuenta que las alucinaciones no son sólo de los llamados “locos, lunáticos o psicóticos”. Que el cerebro en una forma de adaptarse puede hacernos creer locos! Pero ojo… a partir de un vacío hay que buscar cómo llenarlo, y eso es lo que hoy quería compartirles. Espero les haya gustado. Hasta una próxima entrada.

Basado en el capítulo “Multitudes silenciosas: el síndrome de Charles Bonnet” por Oliver Sacks del libro “Alucinaciones”

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